¿Cómo evolucionó el mate a lo largo del tiempo?

Origen del Mate Argentino

Sin perder su identidad, el mate se transformó con el paso de los años bajo distintas formas y materiales. Conoce sus cambios desde el pasado hasta la actualidad.

Estos datos fueron aportados por un argentino quien realizó un estudio amplio sobre el tema con su trabajo de investigación “El Mate, de la tradición a la Innovación”, mientras llevaba a cabo su carrera de Diseñador Industrial en la Universidad Nacional de La Plata. 

A raíz de eso y con motivo de promover la divulgación científica del conocimiento relacionado a todos los procesos productivos del mate, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM ARG) fue el ente que visibilizó y difundió esta experiencia académica.

Guillermo Pawluk, es la persona que investigó en su totalidad la evolución del mate desde que se originó hasta la actualidad. En la amplitud de su estudio, pudo realizar una clasificación de los diversos tipos de mates en tres categorías: Históricos, Regionales y Contemporáneos.

En su investigación, Pawluk estudió las distintas tipologías y sub-tipologías del mate. Es decir, que el argentino estudió las distintas modalidades que el mate fue adquiriendo a lo largo del tiempo en forma, tamaño y presentación. Ese proceso mostró que los cambios fueron posibles cuando hubieron las condiciones que permitieron su innovación. 

Las tipologías del mate nacen de una morfología base y natural, como lo es la calabaza con forma de “poro”. A este primer modelo de mate, los jesuitas le incorporaron otro de sus componentes esenciales como el filtro de cáñamo, llamado “bombilla” hoy en día.

Ese agregado fue utilizado para filtrar el agua que bebían de los manantiales y arroyos a lo largo de sus viajes, el cual revolucionó los usos y costumbres.

Luego se encontraron otras tipologías que respondieron, por ejemplo, a cómo mejorar la función del mate. Esto implicó añadirle una base de apoyo con el fin de aprovechar las diferentes formas que brindaba la calabaza en su estado natural, como lo es el “mate con mango”, entre otras sub-tipologías.

Entre esas sub-tipologías está el “Mate con Sevilla”. Durante la época colonial, en un momento donde estaba presente la idea de eliminar todo lo referido a los pueblos originarios, un elemento de la misa católica inspiró la adopción de una nueva forma para el recipiente del mate, que hasta entonces era de calabaza.

A partir de allí, el metal traído desde el alto Perú impulsó a la confección de un mate ostentoso y refinado. Eso fue un punto de inflexión en la innovación del recipiente que contiene a la popular infusión de yerba mate y permitió su adopción por parte de las clases altas de la sociedad y en consecuencia, su expansión y perduración hasta la actualidad.

En este sentido, los guaraníes junto a los jesuitas, lograron hallar un factor crucial y conciliador para relacionar la cultura del mate -esa que para ese entonces era una acción pagana alejada de Dios- con la cultura extranjera y de profunda matriz católica: el cáliz litúrgico, un elemento clave de la religión cristiana y con similitudes al mate.

El “Mate con Sevilla” posiblemente no sea una gran innovación desde la perspectiva actual, pero se trató de un mate crucial en un momento histórico donde estuvo a punto de extinguirse. Ese avance marcó un hito histórico y posibilitó la apropiación del mate por parte de grupos sociales extranjeros, lejos de quedarse como pieza arqueológica. 

De esta manera, lo que para la cultura matera podría haber sido una tragedia, en realidad esa disrupción tipológica fue un impulso necesario para luego garantizar la expansión del consumo de mate en varios países de Sudamérica y en la actualidad, en varias partes del mundo. 

Una cultura en transformación

Pese a las variaciones, Pawluk remarcó que los mates de calabaza siempre estarán entre los mates más utilizados entre los aficionados más fieles, en tanto su uso remite a la esencia de la tradición.

Además, porque conserva la materia prima “tan noble e ideal” de apreciar lo mejor de la yerba mate.  Pero fundamentalmente, porque tiene “una carga simbólica y cultural que permite mantener las tradiciones y costumbres”.

De todas maneras, el mate con Sevilla -como resultado de una hibridación de comunidades o civilizaciones muy diferentes- fue un aporte muy valioso a una tradición que dejó de ser algo pagano y exclusivo de una sociedad para ser adoptada por culturas extranjeras. Algo que hizo que el mate adquiera una imagen similar al de calabaza pero con materiales como la plata, el oro y otros metales preciosos. 

Cabe destacar, que el mate siguió adelante en su evolución con un montón de cambios tipológicos que lo llevaron a innovar sus presentaciones y adaptarse acorde a las necesidades actuales de los consumidores. 

Historia de vida

Guillermo Pawluk nació en la zona rural de la localidad de Tres Capones, en el sur de Misiones -provincia de Argentina-, en una vivienda ubicada cerca de un secadero y molino de yerba mate, donde su padre, Fabián Pawluk, trabajaba y de cuyo proyecto productivo hoy el joven es socio gerente.

“Desde chico crecí en torno a la yerba mate, tanto así que decidí avanzar e inicie el secundario en el Instituto Agrotécnico Pascual Gentilini para poder especializarme y adquirir nuevos conocimientos para ayudar a mi familia”, contó en una entrevista al INYM ARG.

“Sin pensarlo, en mi mente se despertó una intensa necesidad de aprender algo más que agronomía, más propiamente dicho por la industria y la producción industrial, aunque en ese momento no tenía ni idea de cómo llegar a ese cometido”, agregó.

“Pasan los años, y me encuentro con la materia de Historia del Diseño, de 4to año, a cargo del profesor titular Pablo Ungaro; con él, ya nos conocíamos y sabíamos que producto iba a desarrollar: el mate. El desarrollo total del trabajo me llevó un año de cursada; en medio del proceso conocí y hablé con muchas personas del mundo del mate, leí y me adentré en el contexto histórico desde los inicios del mismo”, indicó.

Pawluk además subrayó que por más allá que su estudio académico haya terminado, aún le queda mucho por explorar e investigar y que su trabajo es un punto de inicio para acercar la historia del mismo. 

Actualmente, Guillermo Pawluk vive en Argentina -en Concepción de la Sierra-, y trabaja en la empresa yerbatera. Su deseo a futuro es estudiar toda la cadena de valor de la producción para poder dar valor agregado a la yerba mate.

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